domingo, 3 de noviembre de 2013

Sin alma

Ya ni Nervión libra al Sevilla de su mediocridad. Fue un equipo sin alma, sin personalidad, ni el factor campo salvó a los de Emery de una nueva derrota por la mínima ante un Celta muy serio. Un error garrafal de Beto puso en bandeja el gol de la victoria para Álex López. El Sevilla suma la segunda derrota de la temporada en el Sánchez Pizjuán.

Emery está en el alambre y él lo sabe. El vasco salió con dos puntas y con Rakitic y Mbia en el centro del campo, volvió al 4-4-2 para intentar sumar una nueva victoria en el feudo sevillista. El planteamiento debía ir acompañado de ganas y sobre todo de intensidad, pero el Celta fue dueño y señor del partido, robándole el balón a los rojiblancos y forzándolo a cometer demasiados errores. En la primera mitad el Sevilla no tiró a portería, un par de incorporaciones por banda derecha fueron el arsenal ofensivo desplegado. Las mejores ocasiones las tuvo el Celta, estrellando Santi Mina un balón en el poste y dejando más evidente aún las carencias del Sevilla. Un Sevilla que se partió en dos con las líneas completamente desconectadas en las que Vitolo y Jairo no olieron el balón.

La segunda mitad comenzó con un golpe de timón de Unai Emery. Un desacertado Bacca dejaba su sitio a Cristóforo, por lo que volvía el 4-2-3-1. Pero, tal vez casualidad, o tal vez un reflejo de lo que es el Sevilla esta temporada, Beto le regalaba el balón a Álex López para que pusiera el 0-1 en el marcador. El plan de Emery se iba al traste, y lo intentaría metiendo a Perotti, con una gran pitada de por medio, y a Trochowski. Para colmo Gameiro se lesionó cuando ya no había cambios disponibles. Marcar un gol parecía toda una odisea, pero el Sevilla la tuvo. Un córner botado por Rakitic lo estrelló Mbia en el poste y luego Vitolo cazó el rechace pero un gran Yoel evitó el empate. A partir de ahí el partido se fue apagando hasta que el colegiado pitó el final, momento en el que el público manifestó su hartura con Emery, con Del Nido y con toda la temporada en general, en un año en el que la medicina llamada Sánchez Pizjuán ya no tiene efecto.