domingo, 15 de septiembre de 2013

Muñiz Fernández deja sin premio a un gran Sevilla

Nunca se espera que el árbitro del partido sea el protagonista del mismo. Y así ha sido, hoy el Sevilla en el Camp Nou cayó derrotado por 3-2 en un choque cuyo protagonista exclusivo, por raro que parezca, no fue Messi, ni Iniesta, ni Rakitic, sino el colegiado asturiano Muñiz Fernández. Anuló un gol a Cala y dio por válido un tanto del conjunto azulgrana con el tiempo cumplido. No obstante, como recalca Emery, sólo queda capturar lo positivo, que ha sido mucho, como la vuelta de Trochowski a los terrenos de juego en partido oficial, o el enorme trabajo defensivo de los nervionenses, que han realizado un partido impecable en un campo imposible, cuyo resultado es injusto, ya que al menos, el Sevilla mereció un punto.

El Sevilla planteó un partido ordenado atrás, parapetado y defendiéndose con soltura ante alguno de los mejores jugadores del mundo. El partido comenzó como se esperaba, con el toque de pelota del Barcelona, sobre todo en el centro del campo, y las continuas diagonales en busca de la portería defendida por Beto. Los errores catalanes, a pesar de contar con un activo Neymar y un trabajador Messi, provocaron que los nervionenses cogieran confianza, creyeran en sus posibilidades e incluso generaran problemas a los pupilos del Tata. Neymar, dueño y señor del costado izquierdo del Barça, y Beto, cerrojo atrás, fueron los mejores de una primera mitad. El portugués le paró todo al brasileño, pero no pudo con la conexión Adriano-Alves, dos exjugadores del Sevilla, también brasileños, que consiguieron batir la portería sevillista al filo del descanso. Alves remató de cabeza por bajo el centro medido de su compatriota.

Y en la segunda mitad llegó al lío, algo que ya se fue cuajando antes del descanso, cuando Muñiz Fernández perdonó la segunda tarjeta a M’bia y recibió los silbidos del público azulgrana. El Sevilla cambió el guión, confió en sus posibilidades y conforme avanzaban los minutos, el peligro en la portería de Valdés aumentaba. Cala remató a gol un saque de esquina y el árbitro lo anuló por una dudosa falta a Daniel Alvés. Ahí empieza el calvario sevillista, pero antes, en el minuto 75, Messi dejaba el partido, al menos así parecía, sentenciado. Nada más lejos de la realidad. Primero con un tanto de Rakitic que avivó el partido, y después con un tanto de Coke que hacía justicia en el marcador. Con el tiempo cumplido, y tras una ocasión de Marin, el Barcelona aprovechó una contra para marcar el gol de la victoria. Posible falta a Navarro de Messi en la jugada, tiempo cumplido y polémica que escocerá en los próximos días. Sin duda, un 3-2 definitivo que deja, por un lado, mal sabor de boca a los pupilos de Emery; mientras que por otro deja una estela de luz que indica que el camino a seguir es este.